Revivir los seis campeonatos en ocho años, es recordar la llegada a la cima de los Chicago Bulls en la NBA con sus brillantes estrellas del baloncesto profesional. El resultado de mucho trabajo, esfuerzo, disciplina, tenacidad y mucho empeño.
Los Bulls entraron en la liga como una franquicia en expansión en 1966 entrenados por la ex estrella de la NBA Johnny “Reed” Kerr. Tuvieron un comienzo promisorio y ganaron 33 partidos en la temporada, la mejor de cualquier equipo en expansión. En los años siguientes, tuvieron problemas con un promedio del 50% y no pasaban de la primera ronda en las eliminatorias. Sin embargo tenían un buen cimiento con Jerry Sloan, una estrella trabajadora que con su estilo fue nominado al primer equipo defensivo de la liga cuatro veces en su carrera, pero ya con Dick Motta como Couch de 1968 al 77. Chicago agrega dos delanteros anotadores, Bob Love máximo anotador del equipo siete años seguidos, y Chet Walker, 7 veces miembro del equipo de estrellas y campeón 1967 con los 76ers. En 1971 ganaron 51 partidos, los terceros mejores de la liga, y compran al tres veces estrella Norm Van Lier, considerado la retaguardia más dura de esos tiempos. Fue hasta 1974 que llegaron a las eliminatorias por séptima vez en 8 años, pero pierden la final de la conferencia. No gozaban de gran fama, sólo de grandes seguidores aficionados. En 1975, incorporan a Nate Thurmond quién los llevó a su primer título de la división. Tras la derrota con los Golden State Warriors los Bulls entran en un periodo de transición. Un declive, sus estrellas Walker se retiraba y Motta se iba. A finales de los años 70 era un equipo desordenado, sin resultados y tocaron fondo hasta 1984. Los Bulls obtienen el peor record de la NBA.
Pero la nube oscura de fracasos se esfumaría en 1984 al adjudicarse al tercer mejor jugador del sorteo. Esa elección sería un momento crucial. Los Chicago Bulls eligen a Michael Jordan de la Universidad de Carolina del Norte. Desde entonces el baloncesto de los Bulls y de la NBA jamás sería el mismo. El resto es la historia.
Una historia de 19 años de soñar con el campeonato sin obtenerlo. De repente, los Bulls tenían al mejor jugador del baloncesto que los sacaría de las profundidades: Air Jordan. Pero para atacar la élite del baloncesto iban a necesitar refuerzos. En 1985, John Paxon fue contratado como agente libre para unirse a Jordan en la defensa. En 1987 llegaron los novatos Horace Grant y Scottie Pippen. Comenzaba un equipo joven muy prometedor de la NBA. En 1988, al parecer, la pieza final del rompecabezas estaba en su lugar, cuando el centro Bill Cartwright fue adquirido en canje. 4 años transcurrieron desde la llegada de Jordan, y los Bulls culminaban su llegada para estar en la cima. Pero el proyecto de ganar el campeonato no traería éxito inmediato, el cerebro del Couch Phil Jackson comenzaba a generar las estrategias.
Las cosas no pasan de repente. Un equipo se consolida con la química que lleva años para desarrollarse. La fórmula comenzaba a proyectar un equipo táctico del baloncesto.
Para la temporada 1990, los Bulls llegaron a la final de la conferencia por dos años consecutivos, pero fueron eliminados ambas veces por el equipo campeón, los Pistons de Detroit. Al mirar hacia la franquicia de la temporada 25, los Bulls sabían que habían llegado a una encrucijada. Ya no podían aferrarse a la identidad de un equipo en crecimiento. Sus sueños de ser campeones tenía que ser una realidad y la temporada 1991 era el momento.
1991 tuvo un inicio de temporada con victorias espectaculares y pérdidas muy dolorosas. Mientras los Bulls habían crecido como equipo unido, su éxito aún parecía depender de las manos de Michael Jordan. Si los Bulls iban a dar el paso final hacia su madurez, debían aprender a compartir más equitativamente esa carga. El reto ya no era físico, era psicológico. El equipo ya contaba con una dirección interna del Couch Jackson, la habilidad de tener aplomo y confianza en la cancha.
A medida que la temporada avanzaba, los Bulls hallaban nuevos héroes. Mientras iban al juego de las estrellas, recibirían una contribución importante: Craig Hodges. El Estadio de Chicago era una psicosis de adrenalina emotiva de los asistentes a presenciar tan espectaculares partidos. El factor de intimidación del público era la vitamina para los Bulls, y le dieron buen uso a su ventaja como locales.
Las estrellas: Michael Jordan, John Paxon, Scottie Pipen, Bill Cartwright, Horace Grant, Craig Hodges, B.J. Armstrong, Cliff Levingston, Will Perdue, Stacey King, eran imparables. Los Bulls se entregan a fondo, el espectáculo era fantástico. Había un nuevo líder en la Conferencia del este de la NBA. Michael Jordan y los Bulls le ganan el liderazgo a los Pistons. Entrando a las finales llegaban con gran impulso. Su actitud reflejaba las lecciones de pasadas finales. Aplastando a cuanto oponente se enfrentaban con esa magia de trabajo en equipo y sus cualidades específicas de cada jugador.
Phil Jackson proyectaba toda esa experiencia acumulada de fracasos para convertirla en logros exitosos. El implacable ataque de los Bulls los enviaba al reto que habían esperado por muchos años y estaba a su alcance. Enfrentar a su fantasma del pasado desde 1988, los Pistons de Detroit. A finales de los años 1980 y principios de los años 1990, ningún equipo podía frenar a Jordan, hasta el advenimiento de los “Bad Boy” Pistons, conocidos así por sus tácticas físicas y callejeras. El entrenador de los Pistons Chuck Daly, desarrolló una estrategia específica, a la que llamó “Reglas de Jordan”, para parar al máximo anotador de la liga.
Los principales protagonistas del estilo de juego de Detroit Pistons, fueron Dennis Rodman y Bill Laimbeer, conocidos respectivamente como “El Gusano” y “El Príncipe de las Tinieblas”, en algunos pabellones de la NBA, así como el escolta Joe Dumars, quien casi siempre, se encargaba de la defensa personal del 23 de los Bulls. Los términos se jugaron al estilo Chicago, un juego histórico de supremacía para los aficionados derrotando a su oponente, la contribución del trabajo en equipo se materializó. Michael Jordan recibía el trofeo como el jugador más valioso como equipo.
Los Bulls se preparaban para enfrentar a los Lakers en la gran final: Air Jordan contra Magic Johnson. Conocida como la serie de ensueño. Eran los encabezados de todos los medios de comunicación. 5 partidos de mucha adrenalina con victorias y fracasos ante un equipo muy experimentado. La influencia de Jordan se manifestó, Magic era la pieza clave a vencer. Enfrentamientos deportivos para aspirinas y oxígeno, era increíble. Lo más espectacular en los 25 años de la historia de la NBA y de la franquicia de los Bulls. La confianza de Chicago era imperturbable. John Paxon cierra la temporada como leyenda y Chicago Bulls se coronan campeones mundiales por primera vez.
POR DAVID ALVAREZ MÉXICO PUBLICACION EDICIÓN DIGITAL ABRIL 2021
Texto publicado también en QUADRATIN NOTICIAS SLP.
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