Ver a un niño de apenas un año o dos en el cochecito y “pasando” la pantalla del móvil o viendo dibujos en una tablet es hoy en día una situación a lo que nos hemos acostumbrado. Podemos escudarnos en que esos dibujos son educativos pero… ¿realmente es buena esa exposición a las pantallas en un niño tan pequeño?
Internet ha supuesto una revolución en nuestras vidas. Niños y mayores cuentan ya con smartphones y tablets de última generación con acceso a los contenidos web. Para los más pequeños (de entre 6 a 12 años) llamados “nativos digitales” tener uno o incluso varios teléfonos móviles es habitual. Pero este supone muchos riesgos si no se utiliza de manera correcta.
Uno de los temas que preocupan a la sociedad es la escasa visibilidad que se le da a la tecnología en materia de educación. “Educamos en tiempos de Internet. Tenemos que traer la tecnología a la parcela de la educación. No se trata de educar en competencias digitales, se trata de educar a personas que viven en un mundo con mucha tecnología”.
Se ha comprobado que los estímulos del móvil o la tablet no benefician a su aprendizaje.
*Hablan mal, con un lenguaje más pobre y más tarde. Un exposición excesiva a estos dispositivos puede provocar que el niño tenga un lenguaje mucho más pobre de lo que le corresponde y que tarde más tiempo en desarrollarse en este sentido.
*Su cerebro “organiza” peor y progresan menos. Este órgano funciona como un director de orquesta que nos permite organizar las tareas que hacemos, insistir en aquello que no nos sale tan bien… Es lo que los médicos llaman funciones ejecutivas y ayudan al niño a aprender y a madurar. Pero si se abusa de las pantallas, estas funciones se ven mermadas y afectan al desarrollo cognitivo del niño y también a su rendimiento escolar en un futuro.
*Les afecta a la conducta. Pueden provocar una baja tolerancia a la frustración e incluso favorecer problemas de atención e hiperactividad.
En niños un poco más mayores, también aumenta:
*El riesgo de obesidad, obviamente porque el uso de estos dispositivos es sinónimo de sedentarismo.
*Y favorece trastornos del sueño. No hay que olvidar que exponerse a la luz de las pantallas antes de dormir es perjudicial por partida doble: dificulta la liberación de melatonina, la hormona que favorece el sueño, y además hace que el cerebro esté en estado de alerta impidiendo el descanso.
La Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría consideran que los bebés de 0 a 2 años no deben tener contacto alguno con la tecnología y los de 3 a 5 como máximo una hora al día.
1. Elige un día adecuado y programa actividades con tu hijo
Quitarle el celular a tu hijo será más conveniente si lo haces un día en el que puedan salir juntos a la calle, distraerse o conocer nuevos lugares. Dichas actividades harán que se mantenga entretenido y no piense en usar el dispositivo móvil.
2. Tú tampoco agarres el celular
Evita, en lo posible, usar el teléfono móvil delante de tu hijo. Una de las razones por las que tu pequeño no ha podido dejar los dispositivos, es porque aún te ve utilizándolo. En vez de pasar mucho tiempo frente a la pantalla, dedica y disfruta más tiempo con él.
3. Remplázalo con libros o películas
Es muy probable que mientras estés tratando de quitarle el celular a tu pequeño, los berrinches se apoderen de tu casa, por eso, debes ofrecerle nuevas opciones de entretenimiento, como: los libros y las películas.
4. Utiliza un lenguaje adecuado
No uses frases como “nunca más vas a usar un celular o una tablet”. Más bien, dile a tu pequeño que utilizará “menos tiempo el teléfono” para realizar otras actividades.
5. Oculta el celular
Será más fácil para tu hijo si no ve el aparato móvil. Durante los días que estés tratando de alejarlo del celular, lo más sensato es que lo escondas o alejes de su vista.
6. No lo castigues
Es totalmente natural que los niños de 2 a 4 años experimenten momentos frustrantes mientas los tengas alejados de los celulares, así que debes estar preparada para manejar todas esas situaciones de forma positiva. Ten en cuenta que si les gritas o castigas, solo conseguirás que hagan más rabietas.
La adicción a los teléfonos celulares, tabletas o videojuegos, se ve reflejada en una serie de efectos negativos para la salud física y mental de las personas, como dolores en el cuello y muñecas, mala postura, ansiedad, depresión, trastornos de sueño y dependencia a los dispositivos. Darle un celular a un niño es exponerlo a una adicción similar al alcohol o a las drogas.
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REDACCIÓN