Ser creativo puede ser para algunos muy fácil, para otros una ardua faena, entonces, ¿cómo es posible “construir la creatividad”? ¿no es acaso que ya viene implícita en el artista?
Por más artista que se sea, en muchas ocasiones tenemos frente a nuestros ojos un gran lienzo en blanco, y tomamos aire y todos nuestros pinceles, y creemos que va a suceder algo extraordinario y de pronto nos quedamos totalmente en blanco. Pueden pasar días y horas frente a esa gran pantalla blanca, sin que absolutamente nada suceda, y ahí comienza una interesante batalla para el artista. Ahora, ese mal no es que perdure para siempre, pero nos vemos un poco más forzados a buscar activar la creatividad, y entonces, ¿no es algo que necesariamente está constante en la cabeza y mano del artista?
Pues no, no necesariamente, y lo digo de esta manera por que en realidad todos, todos los seres humanos, somos seres creativos, solamente que algunos tenemos un recurso para la expresión a la que hemos denominado “Arte”, y cómo utilicemos ese recurso y su carácter plástico en cuanto a términos morfológicos se refiere, es lo que propicia que surja la creatividad, el cómo y qué elementos utilicemos para expresar nuestro mensaje, son los motores que la impulsan.
Ahora, para esos momentos de frustración artística, o para todos aquellos que son también seres creativos pero que necesitamos de vez en cuando un empujón para que esa creatividad eche a andar, podemos utilizar algunos métodos que nos ayuden a despertar esa imaginación.
Primero, tenemos que ser conscientes de que nuestro cerebro, además de ser una increíble y compleja máquina, esta dividida en dos hemisferios; el izquierdo, que está encargado de la parte racional, lingüística y matemática, y el derecho, que algunos han designado como hemisferio creativo, pero no es que sea el hemisferio creativo simplemente, sino, que es aquel que interpreta y comprende la imagen, el entono que observamos y lo decodifica para nuestro entendimiento, y ambos son estrictamente necesarios. Así que aquel mito, de que, por ser artista, solamente trabaja en el hemisferio derecho del cerebro, es completamente erróneo, ni tampoco es que está más desarrollado uno que el otro.
Simplemente, es que algunos tenemos tendencias o habilidades más desarrolladas en ciertas áreas más que otras, y nuestra forma de creatividad se desenvuelve de una manera más práctica y cómoda en ciertas tareas, por eso no todos nos sentimos a gusto con las matemáticas, y no todos se sienten cómodos con los pinceles, para ejemplificarlo en pocas palabras.
Ahora, de qué manera podemos ayudarnos en esos momentos en que no nos sale ni un muñequito de palito; aquí algunas alternativas que podemos practicar.
Cuando tenemos que abordar un tema en específico, podemos buscar información, imágenes, noticias, artículos, y analizar el impacto de la situación, algo que nos ayuden a meternos en la temática, conocer un poco de ella e incluso sensibilizarnos a un punto de que querer comprometernos con la causa y poder a través de nuestra obra ayudar a mejorar o concientizar con respecto al tema.
Si nos enfrentamos a situaciones de impacto social, ambiental, grupos minoritarios, temas sociopolíticos, ambientalistas, meterse dentro de estos contextos, conocer al público y vivir la experiencia de compartir con ellos, ayuda a observar los escenarios de la situación; un artista es un científico y su primera tarea como tal es la observación, y como comunicadores hay que poner la mirada en cosas que otros no ven, para así evidenciarlas.
Algunas temáticas alegóricas, como elementos patrios, por ejemplo, se pueden abordar desde una perspectiva más simbólica aludiendo al tema, se busca conocer el origen y la fundación de esos elementos, esto ayuda a tener una perspectiva más global y poder hacer una interpretación fresca, actual y original de lo que estamos trabajando.
Si nuestra intención es expandir nuestra mente, a temas que nos llevan a una interiorización de lo humano, de la vida, de nuestro ser, es importante conocernos a nosotros mismos, para poder explorar elementos que nos identifiquen. Ya sea que tengamos un elemento propio característico que utilizamos particularmente en nuestras obras y que lo podamos utilizar para plantear ese tema ayudándonos a exponer nuestra opinión personal, desde algo que nos identifique plenamente.
Hacer visitas de campo, contribuye, pero a la vez puede saturar, por lo cual, cuando se hace una visita que despeje la mente, hay que poner los pies en la tierra y analizar en que se relacionan esos elementos con respecto a lo que se quiere exponer.
Después de esto es bueno empezar a hacer los primeros trazos o dar camino a las primeras ideas a desarrollar, algunos recurren a bocetear, hay quienes prefieren no hacerlo y hacer la obra directamente, sin embargo, recurrir a observar el trabajo de otros colegas es finalmente una alternativa que lejos de buscar el copiar, enriquece el pensamiento, por que ayuda a valorar técnicas, opiniones y otros abordajes del tema.
Finalmente buscar la tranquilidad o incluso el momento de éxtasis de una situación, contribuye a capturar la esencia y la mejor imagen con la que podemos explotar la creatividad y poder hablarle a nuestro público, sin temor a seguir con un lienzo en blanco durante días o horas frente a nuestros ojos y así poder darle viaje a nuestra creatividad.
POR LEIRYN ALVARADO ART & DESIGN -COSTA RICA-