Hace ya unos años desde el “boom” de este aceite, donde muchas personas lo incorporaron dentro de su dieta y ahora forma parte de sus productos de consumo habitual.

Algunos de los supuestos beneficios que se le adjudican al aceite de coco son estimular la función inmune, equilibrar hormonas tiroideas, curar de enfermedades cardiovasculares, cáncer y VIH, favorecer la baja de peso, mejorar la glicemia, mejorar el tránsito intestinal y aumentar el coeficiente intelectual.

Si bien este aceite es libre de colesterol, sigue siendo una grasa saturada, por ejemplo, el aceite de coco extra virgen contiene 92% de estas grasas. Por eso, se debe disminuir su consumo en la dieta habitual. Cabe destacar que la recomendación actual para prevenir enfermedades al corazón es que se limite el consumo de aceite de coco, al igual que el de todas las grasas saturadas, a no más del 7% de las grasas totales de la dieta.
El aceite de coco como producto cosmético es muy buen ingrediente. Gracias a que su alto porcentaje de grasa humecta la piel y cabello a profundidad. Por eso se le ve en cremas faciales, cremas corporales, bálsamo para labios o como ingrediente en shampoo, jabones, espumas y otros productos cosméticos.

El aceite de coco es un producto natural que se conforma en un 90% de grasas saturadas de baja densidad y que al ser consumido y pasar por el proceso de digestión se convierte en triglicéridos, para ser utilizados como energía y acelerar el metabolismo, aunque cabe destacar que esta última afirmación, no tiene fundamentos científicos sólidos.
Sin embargo, su composición como grasa saturada y de baja densidad o LDL, no garantiza que tu organismo se vea favorecido por su ingestión y podría convertirse en grasa trans o colesterol “malo”.
Como te contamos, el fenómeno que se desencadena en tu cuerpo al consumir grasas y que se convierten en triglicéridos, fue lo que llevó a la afirmación de que cocinar con aceite de coco ayudaba incluso a bajar de peso.
Esto se debe que como cualquier otro alimento graso, se asimila como triglicéridos en el torrente sanguíneo y aceleran el metabolismo cuando tu cuerpo necesita energía. Al día de hoy, no hay evidencia científica que respalde que su consumo como un alimento que sea benéfico para tu salud.
La grasa cumple la función de ser fuente de energía para nuestro organismo, y en general se recomienda reducir la ingesta calórica de grasas y cambiar el consumo de las saturadas (aceite de coco) por las insaturadas (aceite de cártamo).

En México se ha recomendado que la ingesta de grasa no exceda el 27% de las calorías totales para prevenir el aumento de peso. Así, una sola cucharada de aceite de coco tiene 6 veces más las calorías recomendadas para consumo.
Incluso en diversas comunidades médicas opinan que los triglicéridos de clase media o “LDL” deben eliminarse de la dieta, ya que en alimentos procesados se convierten en grasas saturadas difíciles de asimilar por el cuerpo humano y que en lugar de mostrar beneficios, pueden resultar contraproducentes para la salud cardiovascular.
FUENTE: Oleico.com
POR YADI CHAVARRIA COSTA RICA