Siguiendo la interpretación de las tendencias que veníamos estudiando, podemos hacer referencia a otras más que vamos a analizar para que no nos queden por fuera algunas de las que están más en boga. Por lo que hay que estar atentos de los artículos anteriores para poder darle seguida a las que estamos por revisar y no perder detalle de alguna de estas, y así encontrarnos en alguna de ellas y ver con cual nos sentimos más identificados. ¡Así que continuemos!
Kinfolk: este estilo es un desahogo por retomar un poco lo vació, regresando a lo básico, sin embargo, no es plenamente minimalista, porque carga aun con elementos de mobiliario estéticos de carácter antiguo, tiene ciertos tintes vintage pero sin evocar los colores pasteles, hace uso de colores más neutrales o más bien los no colores, los cuales son tonalidad que van a estar básicos, entre los blancos, beiges, cafés, y hasta podríamos mencionar en poco el negro, ya que mantiene más fuertemente la claridad de los espacios y la entrada fuerte de luz para generar o ampliar el interés por espacios cargados de luz, de igual manera traducido al ámbito de la vestimenta su uso no es recargado y alude a lo cómodo, lo vintage con una intención clásica y sosegada.
Boho: el estilo boho, es un recuerdo a ese romanticismo nostálgico, lo bohemio, lo de ensueño, lo poético y artístico combinado en una serie de elementos cargados pero llevados a la estética de lo delicado y simple, es confortable, con un acento rural, campestre, y a la vez alude a los artistas callejeros, franceses, inclusive podemos decir que hay notas gitanas en la decoración y los usos de la ropa. Esa alusión a lo suave y romántico poético, pero a la vez desinteresado, que no busca lo riguroso o estrictamente formal, si no, que es volátil y efímero.
Este estilo traduce a personalidades simples que buscan la comodidad en medio de lo delicado y bello. Espacios abiertos y ropas holgadas, espacios cómodos y refrescantes, telas suaves con caída y transparencias, ambos ámbitos el espacial y la vestimenta, con el uso de elementos vintage para aludir a la estética anterior y lo retro buscando incorporar esta estética a elementos modernos, espejos grandes con notas country, uso de madera y mimbre, nilón y mechas, una esencia que abre paso a otras tendencias.
Boho chic: tiene su base en el estilo boho como lo vimos anteriormente, pero este se retrae más en la estética, para omitir lo recargado, conduciéndolo a lo elegante y sofisticado, con elementos decorativos y de uso moderno más estilizados, guardando cierta pulcritud, se reducen las tonalidades cargadas y los espacios coloridos, para utilizar estos elementos en espacios un poco más vacíos y neutrales; ahí, entre lo chic, vemos un tinte por lo minimalista que quiere y busca respirar pero sin dejar la esencia del estilo plenamente.
Boho vintage: si el boho es en sí la intención de retomar esa suavidad del espacio poético, llevarlo a lo vintage, es como capturar lo esencial de él, sin caer en la recarga de los elementos, traducimos esa captura por lo anterior lo antiguo pero interpretado de una manera más cautelosa, recuperando elementos antiguos para sostener el concepto en medio de lo moderno. Se utilizan colores de tonalidad más bajas y básicas sin texturas visuales, incorporando elementos rústicos y neutrales que permitan la armonía del color, sin recargarlo, reduciendo la paleta a unos tres colores básicamente, sosteniendo la tonalidad entre ellos. Es como un eslabón que sujeta el paso entre lo boho y lo boho chic.
Hipster: esta es como la tendencia rebelde de lo que hemos estado viendo, busca la holgura y contrastar con todo esto del lenguaje romántico y sutil, es un estilo que quiere escapar de lo lindo, de lo bonito, y romper con el esquema, su tinte evoca a lo vintage y se lleva más de un estilo a un modo de vida e incluso de comportamiento, desinteresado y relajado. Aclaro, un hípster puede sostenerse en lo chic, pero tampoco se le es indispensable ya que su lenguaje es urbano y se convierte en algo tan personal que no permite mucho el cuestionamiento o la mano crítica. Puede ir desde lo casual, de la mano con la comodidad y lo reutilizado de modas pasadas y el uso de accesorios reciclados, para adaptarse al roce de lo cotidiano o llevarse a los atuendos elegantes que tiene su nota similar a lo gánster y clásico, sin perder su estilo rebelde y desinteresado. Debo admitir que este estilo está más elaborado para hombres que para mujer, y no por una cuestión estereotipada, sino, por que realmente en ellos se ve muy ¡pero muy bien!
Asthetic: si hay algún estilo que decidió utilizar todas las tendencias de los años 60, 70, 80, 90 y 2000, es este. En una versión cómoda y armoniosa y sin perder lo chic. Este estilo quiere recuperar todo el lenguaje visual de estas épocas y a la vez ser armonioso en todo lo posible, es un estilo urbano, que puede caer en lo recargado y aun así no perder su intención, y por su puesto podemos ver desde acentos góticos como elementos pasteles totalmente armoniosos. Es un estilo moderno, hecho para una generación muy actual que quiere todo a la vez y busca recuperar lo retro sin perder el norte de la estética, lo bello y armonioso en solo look.
Puede incorporar lo elegante y a la vez ser totalmente urbano. Podríamos decir que para algunos puede ser un completo desastre, tal vez como lo fueron las combinaciones de los 90, explosivas y cargadas de múltiples elementos, pero cabe destacar que los avances en el tema del diseño permiten contribuir a que este estilo se logre con pulcritud, si se sabe bien lo que se está haciendo, o sea, mis disculpas, pero no es para cualquiera que no tenga mucha noción del diseño, ya que un paso mal dado se convierte en un atuendo más bien para un acto circense.
Este estilo encierra una alta carga del concepto del arte pop, es un lenguaje moderno, y cargado, de una interacción fuerte en el color y los elementos, puede ser recargado y a la vez verse limpio dependiendo de los elementos que se utilizan, está implícito en el contexto urbano y habla de la rapidez y fugacidad de la vida moderna y actual, con internet, con medio digitales, con un alto interés por ser el centro de atención y definitivamente no pasar desapercibido.
Y bien llegamos al final de esta clasificación, han sido solo algunos porque realmente esto se mueve con rapidez, pero no podemos quedarnos atrás y este breve panorama nos deja ver un poco de las nuevas tendencias que tenemos a nuestra disposición y por supuesto buscarnos en alguna de ellas para hacerla nuestra, recordemos que lo más importante es ser nosotros mismos en donde sea o como sea que nos manejemos y mantener nuestro propio yo, en cada cosa que hagamos o como nos veamos.
POR LEIRYN ALVARADO ART & DESIGN COSTA RICA